viernes, 1 de mayo de 2009

afección al habla


Hay casos de cortados que sufren más que los demás debido a que los nervios les afectan también al hablar. A mucha gente los nervios no les afectan a su manera de hablar, es decir, cuando están nerviosos hablan a la misma velocidad y mantienen el tono de voz. Sin embargo, hay un grupo de gente en que los nervios si que afectan a su forma de hablar, sobretodo en lo que se refiere a la velocidad de habla, es decir, cuanto más nerviosos están más rápidamente hablan. En el gráfico podemos observar que una persona cuando habla a una velocidad entendible, emite 2 palabras/segundo de media, sin embargo un cortado que está situado en el punto 2 tendría que emitir un gran número de palabras por segundo y claro, es imposible. Entonces lo que les pasa es que lo llegan a controlar, es decir hablan a una velocidad entendible, pero se empiezan a acelerar hasta que llega un momento en que no pueden seguir, entonces paran y vuelven a empezar. También hay veces que quieren emitir una palabra, pero la quieren emitir tan deprisa que no les sale, entonces lo que hacen es buscar un sinónimo. Por este motivo estos cortados sufren mucho más en las relaciones interpersonales que los otros cortados, ya que tienen que hacer un esfuerzo extra para hablar bien. También lo que les ocurre es que a lo mejor una palabra que quieren emitir estando en una situación para ellos nerviosa como puede ser la calle o el colegio no pueden porque no les sale, ya que están tan nerviosos y la quieren decir tan deprisa que no les sale. Sin embargo, luego la misma palabra la prueban de decir en la habitación de su casa, donde están un poco más tranquilos, y la dicen bien. También sufren mucho cuando tienen que decir números largos (de 3 cifras o más). Obviamente, esta gente para relajarse tiene que tomar tila, por lo que se ha observado que estos cortados, a medida que se van relajando, van subiendo su tono de voz y les cuesta controlar menos su velocidad de habla, de manera que cuando llegan a su punto de equilibrio, es decir, cuando no están ni nerviosos ni relajados, hablan bien, o sea alto y claro. También cabe mencionar que su estado de ánimo también afecta a su forma de hablar, es decir, cuando están contentos hablan con un tono de voz más alto y más deprisa y cuando están tristes o deprimidos hablan más despacio y con un tono de voz más bajo.

Estos cortados para hablar bien tienen que sobrepasar siempre el punto de equilibrio. Si no fuera así, lo que tendrían que hacer es fijar la misma cantidad de hierbas para cada día, entonces el primer día verían que por la mañana les costaría hablar, al mediodía hablarían un poco mejor y por la noche hablarían bien. Y al siguiente día, como la cantidad de hierbas es exactamente la misma que la del día anterior, ya por la mañana, después de tomarse la infusión, hablarían bien. Sin embargo, si pusieran cada día una combinación diferente de hierbas, y no sobrepasaran el punto de equilibrio, les pasaría cada día lo mismo que el primer día, es decir, por la mañana serían tímidos (les costaría bastante hablar), al mediodía hablarían un poco más (les costaría un poco hablar) y por la noche serían abiertos (no les costaría nada hablar).

Normalmente, un cortado al que los nervios no le afectan a su forma de hablar, a medida que se va acercando al punto de equilibrio se encuentra mejor. Sin embargo, un cortado que habla mal, hay estados en que esta mejor que otros. Los estados en que está más nervioso habla más deprisa y los estados en que está más tranquilo habla con más pausa, por lo que estos cortados no siempre están mejor cuanto más cerca están del punto de equilibrio. Sin embargo, si están sobre el punto de equilibrio, hablan bien.

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